Los sujetos no funcionamos como un mecanismo, no podemos cumplir las normas,
hacemos todo al revés, tropezamos con la misma piedra, hacemos lo que no nos conviene…
La pregunta es ¿Por qué? Desde el psicoanálisis sabemos que hay un saber no sabido,
un saber que está excluido de la conciencia. Este saber está alojado en las formaciones
del inconsciente. En las lagunas mnesicas, en los actos fallidos, en los sueños, lapsus,
en los síntomas. Esto que produce el inconsciente viene a decirnos algo.
Puede aparecer como un pensamiento hiperintenso, esto sería un pensamiento que,
por más que se trata de combatir, sigue teniendo preponderancia (cuando uno no se puede
sacar algo de la cabeza), si ese pensamiento sigue presente es porque algo fue reprimido
y se expresa por esa vía inconsciente. Puede aparecer como un síntoma en el cuerpo,
un dolor, una dificultad, un impedimento, una insatisfacción, una evitación…
Un tratamiento de orientación psicoanalítica apunta al sujeto, a lo que éste dice de
“lo que tiene”, apunta a su discurso. El psicoanálisis sostiene que ese sufrimiento
que trae el paciente está sostenido por alguna representación reprimida que
está excluida de la conciencia. Jacques Lacan decía en “Apertura de la sección clínica” (1976 )
: La clínica psicoanalítica consiste en el discernimiento de cosas que importan y
que cuando se haya tomado conciencia de ellas serán de gran envergadura.
Para llegar a lo reprimido, es necesario que el paciente produzca un discurso singular,
es necesario que diga sin controlar, sin cuidarse en su decir. Esto sólo es posible si
se cumple con la REGLA FUNDAMENTAL DEL PSICOANALISIS:
LA ASOCIACIÓN LIBRE. Sigmund Freud decía que la asociación libre
tiene que ser un relato diferente al de la conversación ordinaria.
Decía: “Usted observará que en el curso de su relato le acudirán pensamientos diversos que preferiría rechazar con ciertas objeciones críticas. Tendrá la tentación de decirse “esto o aquello no viene al caso o no tiene ninguna importancia o es disparatado o no hace falta decirlo”. Nunca ceda a esa crítica, dígalo a pesar de ella y aun justamente por haber registrado una repugnancia”.
Lo desagradable, lo que uno no querría decirle a otro, lo que muchas veces uno piensa, pero en la relación con el otro resulta inconfesable, lo que no se puede decir. Esto es lo que en la ASOCIACIÓN LIBRE SE DEBE PONER EN PRÁCTICA.
Esto que se dice va dirigido a alguien: En un tratamiento psicoanalítico el Otro tiene un lugar preponderante, por eso se llama que es una clínica bajo transferencia.
Lo que el paciente dice, es un decir dirigido al Otro. Cuando aparece el Otro,
aparece también el enigma de qué quiere ese Otro y frente a ese enigma
aparece que quiero yo de ese Otro.
El padecimiento es un mensaje dirigido al Otro, a ese Otro que estuvo involucrado en mi crianza, en el transcurso de mi vida, es otro que cumplió una función fundamental
(función materna, función paterna)
El que escucha debe ser un Analista: El analista ofrece a quien consulta
la posibilidad de hablar de su sufrimiento. Su acto está en juego desde
el momento en que da al sujeto la palabra y coloca el saber de su lado.
El analista es alguien que se ha formado estudiando la teoría psicoanalítica
(Freud /Lacan), es alguien que se encuentra en permanente formación,
para poder responder a los cambios sociales de la época, es alguien
que cuenta con colegas para poder supervisar y controlar los
tratamientos de ser necesario, y fundamentalmente es alguien
que ha transitado por un psicoanálisis, es un practicante del psicoanálisis, un analizado…
Un tratamiento psicoanalítico comienza con:
ENTREVISTAS PRELIMINARES. Dichas entrevistas pueden durar poco o mucho tiempo
y con ellas se posibilita un diagnostico preliminar que se dirige al sujeto y
fundamentalmente la entrada en análisis. El tiempo de las entrevistas preliminares,
no es otro que el tiempo de la transferencia, tiempo imposible de predecir a priori,
ni de estandarizar, ya que será del orden del uno por uno y se tratará de un
tiempo lógico no cronológico.
¿Cuándo termina?, no hay un criterio de alta en psicoanálisis.
Hay un criterio de terminación. El Analizante (paciente) será el que decidirá
qué lugar ocupará en su vida el espacio psicoanalítico, esto es algo que se
trabaja en el transcurso del análisis. Un análisis se comienza sabiendo que terminará.
El momento de concluir será una decisión tomada por cada Analizante.
Lic. Romina GiuliantePsicóloga UBA – Psicoanalista @psicoarieta
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