jueves, 26 de mayo de 2011

Malestar, bienestar o estar… ¿Es nuestra elección?

¿Qué nos da malestar? Pregunta difícil de responder ya que cada hombre o mujer dará su respuesta basándose en su experiencia personal, subjetiva… algunos podrán responder: “mi trabajo me da malestar”, “mi pareja”, “Mi hijo”, “mis padres”,”mis pensamientos”, en fin… serian infinitas las respuestas que cada quien podría dar.

Hace 81 años, Sigmund Freud (medico neurólogo creador del psicoanálisis), escribió un texto al que llamó “El malestar en la cultura”, si bien la cultura de hace 80 años atrás casi no guarda relación con la nuestra, del siglo XXI, lo que Freud dice en este escrito aún conserva su actualidad.  En este texto plantea que “No hay cultura sin malestar, la cultura es inseparable respecto de un malestar que le es inherente, no puede separarse, malestar y cultura están unidos.  “Tal como nos ha sido impuesta, la vida nos resulta demasiado pesada, nos depara excesivos sufrimientos, decepciones, empresas imposibles”. ¿Porqué freud dice esto?, pertenecer a una cultura no es algo gratuito para nosotros los seres humanos, existen leyes, prohibiciones a las que debemos someternos para vivir y convivir en sociedad. Pensemos algo simple “los animales”, un perrito cuando esta en celo ¿qué hace?, ¿Busca  una perrita conocida, la invita a tomar algo y utiliza todas sus armas de seducción para tratar de  convencerla?, por lo menos hasta el día de hoy ¡No ha ocurrido!, sabemos que  lo que hace simples a los animales es su instinto, éste les indica que tienen que hacer para vivir. Si tienen hambre, comen. Si tienen sueño, duermen, etc.… Creo que nos es conocido los rodeos que hacemos nosotros para conciliar el sueño, para comer… ¿comemos cualquier cosa?, en realidad no, si podemos elegir, elegimos y hasta nos prohibimos ciertos alimentos para tener un mejor estado físico (en el mejor de los casos).
Volvamos a lo que decía freud en 1930: “Malestar y cultura van unidos”, “No hay cultura sin malestar”. Parece pesimista ¿no?, ¿Qué nos queda entonces? Freud decía que para soportar esto una persona puede valerse de diferentes estrategias: Valerse de distracciones, como por ejemplo el trabajo o una actividad científica académica o valerse de satisfacciones sustitutivas, como las actividades artísticas, los deportes. Estas dos estrategias tienen un fin positivo y apuntan a lograr intensas sensaciones de placer. Subrayemos el “apuntan”, lamentablemente sabemos que en ocasiones esto no sucede…
Por último  nombra una estrategia que tiene por fin evitar el malestar o el sufrimiento, esta sería la función que cumpliría la adicción a determinada sustancia: drogas legales e ilegales, alcohol, etc. En este caso alcanzaría con no sufrir, aunque eso no implique encontrar una gran felicidad.
“Tengo que tomarme un par de cervezas para encararme a una chica”, relataba un paciente que se quejaba de haber perdido su “capacidad de levante””. Un hombre de 30 años en su consulta decía: “hace dos años que tomo pastillas para poder dormir, no quiero depender de pastillitas para estar tranquilo”. Estos, como otros casos llegan a una consulta  demandando ayuda, una posible solución a su padecimiento singular, donde la labor de un psicoanalista no será juzgar lo correcto o errado que puede estar cada quien, sino poder darle lugar a que ese sujeto pueda poner en palabras lo que le sucede, poner en palabras no solo la queja del malestar que lo invade (que es lo que ocurre al comenzar una terapia, uno comienza por quejarse de los demás, de los otros), sino y sobre todo comenzar a darle lugar a que ese sujeto hombre o mujer pueda permitirse pensar “que tiene que ver él o ella con eso que le sucede”. Este paso no es algo sencillo, ya que suele resultarnos más fácil echar culpas y/o responsabilidades a los demás, que pensar qué hicimos para estar como estamos.
Si partimos de que somos seres hablantes, de que hablamos y de que por el solo hecho de hacerlo nos introducimos en un mundo donde reina el equivoco, que hablemos y nos comuniquemos no implica que nos comprendamos. Creemos comprender tomando como obvias algunas situaciones, suponemos que cuando alguien esta triste se debe a que no tiene todo lo que su corazón anhela.  Nada mas falso, dirá Jacques Lacan (psiquiatra y psicoanalista francés). “Hay personas que tienen todo lo que anhela su corazón y que están tristes de todos modos”. ¿De qué se trata entonces?, ¿Será que por querer comprender rápidamente damos respuestas ilusorias a nuestro malestar? Lacan da un ejemplo muy claro: “Cuando se le da una bofetada a un niño, llora, eso se comprende, sin que nadie reflexione que no es obligatorio que llore. Cuando se recibe una bofetada, hay muchas maneras de responder a ella además de llorar, se puede devolverla, ofrecer también la otra mejilla, también se puede decir: golpea, pero escucha”. Se presenta una gran variedad de secuencias que son descuidadas cuando caemos en la tentación de comprender. El ejemplo puede parecer crudo, pero es importante poder dar lugar a la variedad infinita de respuestas que cada uno de nosotros puede tener frente a las situaciones o momentos que se nos presenta en nuestra vida. Suponer que hay cosas que son obvias, cierra posibilidades y solo deja lugar para una manera de ver las cosas.
Una mamá traía a su hijo a una consulta porque se estaba separando de su marido: “Lo traigo porque es una situación traumática para todo chico que sus padres se separen”. Aquí otra vez se estaría dando por hecho que para ese niño es “traumático” que sus padres se separen, puede ser que no sea así, que ese chico este feliz y que la situación sea traumática para los padres y no para el hijo o hija, o a lo mejor si y es un buen momento para que consulte con un profesional.
Desde el punto de vista psicoanalítico se trata de esto, de lo singular, de lo que le sucede a cada quien, sin generalizar, tomando al sujeto como único, como lo que realmente somos, seres únicos con infinitas opciones y elecciones de vida, nada mas se trata de que nos demos el permiso…y nada menos…

Lic. Romina Giuliante

“LOS TRES DE LACAN"

Acerca del titulo
Pasaron poco mas de veinte años, para que Lacan diga explícitamente que “sus tres son lo simbólico, lo real y lo imaginario”, esto ocurrió en su conferencia de caracas en el año 1980 donde Lacan se encuentra por primera vez con sus lectores “alumnos” de América latina: “Sean ustedes Lacanianos si quieren. Yo soy Freudiano. Por eso creo adecuado decirles algunas palabras del debate que mantengo con freud y que no es de ayer: Mis tres no son los suyos. Mis tres son lo simbólico, lo real y lo imaginario.” [1]

Para introducirnos en la enseñanza  de Jacques Lacan es  necesario poseer conocimientos de la obra  de Sigmund Freud, lo que teorizó Lacan, ya desde sus comienzos  tiene  una base freudiana muy  estricta, sus primeros años de enseñanza fueron caracterizados por él mismo  como un  “retorno a Freud”, donde  no solo considera fundamental  retornar a la propuesta Freudiana  sino que además  produce modificaciones en los conceptos psicoanalíticos clásicos.  Lacan  produjo una subversión en dichos conceptos, que marcarán  un antes y un después en la clínica  psicoanalítica. El primer encuentro de Lacan con los textos Freudianos, data del  año 1932 cuando Lacan siendo un joven psiquiatra aborda un caso de paranoia llamado “Aimee”, del cual hará su tesis de doctorado titulado “De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad”. Lacan, para dar cuenta de algunas de las particularidades del caso, recurre a determinados textos de Freud, como “El problema económico del masoquismo”[2] y “Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad”[3], texto que traduce al idioma francés.
1932 puede nombrarse como el año donde Lacan se encuentra por primera vez con los textos freudianos, se podría decir que en el periodo que va de 1932 a 1953, Lacan toma de  los textos de Freud determinadas cosas que le interesan, desdeña otras y trata de ir mas allá de Freud agregando su aporte a la teoría psicoanalítica.  Ya en sus comienzos   la apuesta de Lacan era la de aclarar, adelantar y  desarrollar la teoría psicoanalítica de Freud, en los puntos en que  éste había sido oscuro o contradictorio, uno de estos puntos era el concepto de narcisismo.
El estadio del espejo, es una primera respuesta de Lacan para aclarar que el nuevo acto psíquico, del que Freud habla en Introducción al narcisismo, que da  nacimiento al yo, es la identificación a una imago[4].  Esta respuesta fue elaborada en un informe realizado en el año 1936, época en que Lacan había ingresado a la Sociedad psicoanalítica de París (SPP)[5], este informe no fue publicado y será recién diez años después  presentado en sus escritos en “Acerca de la causalidad psíquica”, texto que junto a otros como “Mas allá del principio de realidad”,  “La agresividad en psicoanálisis” y “El estadio del espejo como formador del yo”, forman parte del apartado dos de “Escritos I”  llamado “de nuestros antecedentes”[6]. Este informe no es considerado estrictamente freudiano, ya que Lacan introduce una innovación, con la cual la IPA no estaba de acuerdo. La idea de este informe es que el yo se constituye por alienación, por identificación a una imagen, para Lacan el yo esta primariamente en el exterior, se forma por identificación a una imagen exterior, por lo tanto el moi solo se constituye si hay otro semejante al cual alienarse, esa precipitación de la imagen del otro da la ilusión de homogeneidad, de simetría.
Lacan ya no era bien visto por la IPA, quienes consideraban que este articulo de 1936 se distanciaba de la teoría freudiana,  además surgieron discrepancias en cuanto a la  formación del analista, Lacan introdujo una modificación técnica al instaurar sesiones “de duración variable”. Para Lacan, la IPA pese a mantener una supuesta fidelidad a la teoría freudiana, tergiversaba continuamente al psicoanálisis. Así es como junto con D. Lagache y F. Dolto, entre otros, funda la Sociedad Francesa de Psicoanálisis (SFP), en el año 1953.  Lacan, que  trataba de llegar mas lejos que freud, apenas inaugurada la SFP, pronuncia una conferencia a la que llamó “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”, dicha conferencia al igual que el informe sobre el estadio del espejo de 1936 no fue publicada, ha sido  un texto inédito hasta el año 2005, momento en que fue publicada por la editorial Seuil, con la previa autorización de Jacques Alain Miller, quien hasta la actualidad continúa sosteniendo sus funciones de depositario legal de la obra de Lacan y de responsable del establecimiento de sus seminarios.
Cabe recordar que el comienzo de la enseñanza de Jacques Lacan en el campo del psicoanálisis, es fechado por él mismo con su discurso de Roma de septiembre de 1953, discurso que no pronunció y que fue publicado en el año 1966 en sus escritos bajo el titulo  “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”[7], en dicho  articulo aparecen sus aportes personales en el campo del psicoanálisis. Ese mismo año en la primera reunión científica de la SFP, Lacan pronuncia la conferencia “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”, esta es la novedad que introduce, que luego llamará su “ternario” o sus “tres”, tres que llevan distintos nombres a lo largo de su obra: Tres registros, tres categorías, tres órdenes, tres nombres.
En dicha conferencia Lacan comienza indicando el rumbo que tomará su enseñanza en relación con la situación del psicoanálisis en esa época, ubica su enseñanza posicionándola como un retorno a Freud, a los textos Freudianos. De esta manera, la triada Lacaniana queda ligada con el retorno a freud. Abordar la obra de Freud con sus tres registros, le permite esclarecer algunos conceptos Freudianos, como por ejemplo la noción de función paterna, al cernirla por los tres registros, permite discriminar y articular las dimensiones simbólica, imaginaria y real del padre, volviendo a la función paterna aprehensible y operativa.
Por lo tanto, la consigna de retorno a Freud, implica para Lacan un cambio de posición con respecto a Freud, no retorna a freud desarmado, sino que lo hace con sus tres registros.  Si este retorno se ha vuelto necesario para Lacan, es porque supone que  sus contemporáneos han olvidado los principios freudianos que fundamentan la práctica psicoanalítica. Contando ya  con los tres registros como organizadores de la realidad humana[8], podemos decir que en sus comienzos Lacan privilegia el registro imaginario, registro que es el campo de la constitución especular, donde los seres humanos somos súbditos de la imagen unificada del otro para constituirnos, pero también Lacan amplia el concepto de imaginario, volviéndolo mas abarcativo que el concepto del estadio del espejo, de lo especular en cuanto tal , con lo planteado  en  “acerca de la causalidad psíquica” sabemos que de  lo que suceda en el acto fundacional del estadio del espejo, solo tendremos noticias retroactivamente, para que dicha experiencia se pueda llevar a cabo tiene que haber un orden simbólico que lo permita. Es la matriz simbólica de la que habla Lacan, que determinará la inscripción por dentro o por fuera del campo del sujeto. Lacan ya esta aclarando que para que el niño identifique su imagen con la imagen del otro, tiene que haber un ordenamiento simbólico previo a cualquier experiencia que se realice en el campo imaginario[9].
Varias son las fuentes que le permiten a Lacan construir su concepto de imaginario, por un lado retoma de freud el yo narcisista, el yo del placer purificado y articula dichos conceptos con las posiciones Kleinianas (esquizo paranoide y depresiva) que sostienen la existencia de un yo precoz desde el nacimiento. Por otro lado, toma la experiencia de Wallon sobre el reconocimiento en el espejo que realiza el niño de su propia imagen, y además se vale de dos elementos, uno proviene de la etología y se refiere a la importancia del papel de la imagen del semejante, otro es tomado  de los desarrollos de Bolk sobre embriología humana “La prematuración”. Lacan articula este último con el desamparo Freudiano y plantea que, la prematuración, es el telón de fondo en el que se inserta lo visual, en su anticipación, generando una unidad, así el niño puede ver su imagen unificada en el otro, con la que rivaliza, imagen unificada que funciona de muleta narcisista y permite al cachorro humano protegerse del desamparo y la invalidez. Dicha imagen, reúne un rasgo de uno, un rasgo de otro, rasgos que se van unificando, pedazos de ideales de distintos Otro simbólicos importantes para el futuro sujeto [10]
En el campo de la constitución especular, donde el cuerpo es un cuerpo fragmentado, se debe aceptar a ese otro previo unificado para poder identificarse a él. Por lo tanto, lo imaginario es lo que hace consistir la ilusión de que no hay falta, será vía lo simbólico, vía la palabra donde se reintroducirá la falta.
Otra novedad que introduce Lacan, acompañando sus tres registros, es plantear el registro simbólico en su primacía respecto del registro  imaginario. Lacan se ve motivado a postular lo simbólico con prevalencia a los otros registros, para corregir la desviación de los posfreudianos, quienes, según Lacan, han perdido el hilo del descubrimiento Freudiano, dejando de lado el registro simbólico y basando su practica exclusivamente en el registro imaginario, esos psicoanalistas hacían de la identificación con el analista la meta del análisis y reducían la cura a una relación dual.
La verdad que hace al descubrimiento freudiano, es justamente el hecho de que la verdad habla y lo hace a través de las formaciones del inconsciente: lapsus, chistes, sueños, síntomas, estos son hechos de lenguaje y solo se resuelven por su relación con el registro simbólico, ya en Freud se puede encontrar anticipados los desarrollos de la lingüística moderna.  En esta época la esencia del psicoanálisis, para Lacan, consiste en el empleo de lo simbólico, que es el único modo de desalojar las fijaciones de lo imaginario, único modo de atravesar el plano de la identificación[11].
Esta supremacía de lo simbólico respecto de lo imaginario y lo real refleja el fundamento de Lacan que sostiene y resume sus construcciones en esta época de su enseñanza: “El inconsciente estructurado como un lenguaje”[12], un inconsciente que esta mas ligado a lo simbólico (al significante), que a lo imaginario (el significado).
Recién al introducir los tres registros, Lacan califica retroactivamente lo que había sido su producción teórica como algo que pertenecía al orden imaginario.
Recordemos que cuando Lacan elabora o transforma un concepto psicoanalítico, esta pensando en la clínica, en su técnica, en lo que sucede en un análisis. Ya en “lo simbólico, lo imaginario y lo real”, Lacan plantea que hay que partir de la experiencia y se pregunta ¿Qué sucede en la experiencia analítica?,  ¿Qué es ese pasaje de lo consciente a lo inconsciente? Comienza a elaborar una respuesta diciendo que en la experiencia analítica podría haber otra función que lo imaginario, ya que no es suficiente con que un fenómeno se inscriba en los fenómenos imaginarios para ser analizable, para que lo sea, es preciso que represente otra cosa que él mismo. Introduce el registro simbólico diciendo que, en la experiencia analítica, siempre se trata de símbolos específicamente organizados en el lenguaje, lo simbólico es la red de palabras que alberga y construye el entramado social y cultural, red de palabras presente incluso antes del nacimiento del sujeto.
El concepto de estructura, es una de las cuestiones que lleva a Lacan a hablar de lo simbólico, este concepto tiene su origen en el estructuralismo, cuyos  mentores fueron Levi-Strauss y Saussure. De Lévi-Strauss, Lacan recoge la idea de que el mundo social esta estructurado según ciertas leyes que regulan las relaciones de parentesco y el intercambio de presentes. Los conceptos de ley y estructura, son impensables sin el lenguaje[13]. El orden simbólico es completamente autónomo, contingente con respecto a lo real: “No hay ninguna razón biológica, ninguna razón genética que explique la exogamia, nacemos presos del significante, presos del orden simbólico, no hay nada natural en el humano, el Otro como tesoro de los significantes aportará significantes que constituirán al sujeto, nos constituimos a partir de Otro, no somos una unidad. El orden simbólico se construirá a partir de significantes sueltos y será el Otro el que los reúna y otorgará sentido. La dimensión simbólica del lenguaje es la del significante, dimensión en la cual los elementos están constituidos por sus diferencias mutuas. Lo simbólico también es el ámbito de la alteridad radical, al que Lacan designa como el Otro. Mientras que lo imaginario se caracteriza por relaciones duales, lo característico de lo simbólico son estructuras triádicas, porque la relación intersubjetiva es siempre “mediada” por un tercer término, el gran Otro.
De los aportes de Saussure, se sabe que dividía el signo lingüístico en dos partes:   significado / significante. El signo es la relación de un significado con un significante en el interior de un sistema o estructura de valores, unidos por una relación de significación. Para Saussure, cada signo posee un valor, determinado por la relación que guarda con los demás signos de la estructura. Lacan transforma el signo Saussureano y dirá que el significado es del orden imaginario y dará vuelta la ecuación, quedando  significante/ significado, dando prevalencia al significante, ya que el significado apunta al sentido y este es siempre imaginario. Para Lacan, cada significante en su combinatoria en particular, es el que va a determinar el sentido, teniendo en cuenta que cada uno en particular, no quiere decir nada si no es en relación al resto de los significantes, cada significante vale por oposición al resto, por lo tanto los objetos no tienen valor intrínseco [14]. El significante es la base fundamental de lo simbólico, posee virtudes como ser polisemico (un mismo significante puede tener mas de un significado) y polifónico (un mismo significante puede tener mas de una voz, mas de un valor), esto hace que el significante se inscriba de un modo particular para cada sujeto[15].
En cuanto a lo real, Lacan lo piensa a esta altura de su enseñanza como aquello que queda por fuera de la palabra, en principio lo real es innombrable, es aquello de lo natural que se pierde por el lenguaje. Cuando alguien nace el cuerpo queda bañado de lenguaje, este baño de lenguaje desnaturaliza, incluso antes de nacer uno ya es hablado por el Otro. Entonces, eso que se pierde, la naturalidad del cuerpo, la necesidad biológica, es real. “Lo real empieza a asomar mas claramente a fines del seminario II, seminario III, donde aparece no ya como aquello que el psicoanálisis no puede alcanzar, sino como aquello que vuelve siempre al mismo lugar”.
La definición “Lo real es lo que vuelve siempre al mismo lugar”, se articula con los conceptos freudianos de repetición y de fijación, ya que si algo esta siempre en el mismo lugar, esta fijo y no se mueve, Lacan da el ejemplo de los astros, el sol, las estrellas, los astros que siempre retornan al mismo lugar, el sol que sale todas las mañanas, lo real se repite (seminario II).
La originalidad de Lacan de “sus tres” lo acompañará en toda su enseñanza. Hacia el final de su obra, propondrá que la estructura esta constituida por los tres órdenes, considerando a cada uno de ellos como un redondel de cuerda, que se anudan gracias a un cuarto redondel que tendrá distintos nombres, uno de ellos “el nombre del padre” será el cuarto término por excelencia[16].
Comencé  planteando que Lacan no sólo retorna a la propuesta Freudiana, sino que además produjo una subversión en los conceptos psicoanalíticos clásicos. Lacan no creía ni en el progreso, ni en la revolución, ya que la revolución era la de los astros, el dar vueltas en redondo. Lo que gira esta destinado a evocar el retorno, en cambio la subversión está en haber sustituido un gira por un cae[17].

Romina Giuliante


 Bibliografía de consulta
Lacan, J. Conferencia de Julio de 1953, “Lo simbólico, lo imaginario y lo real”
Lacan, J. Escritos I, apartado II, “De nuestros antecedentes”. Ed. Siglo XXI
Lacan, J. Escritos I, “Acerca de la causalidad psíquica”. Ed. Siglo XXI
Lacan, J. Escritos I, “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”. Ed. Siglo XXI.
Lacan, J. Seminario de caracas. 12 de julio de 1980.
Lacan, J. Seminario nº 1, “El orden simbólico”.Ed. Paidós.
Lacan, J. Seminario nº 1, “Función creadora de la palabra”. Ed. Paidós.
Lacan, J. Seminario nº 2, “El universo simbólico”. Ed. Paidós.
Lacan, J. Seminario nº2, “Introducción del gran Otro”. Ed. Paidós.
Rabinovich, D. “La angustia y el deseo del Otro”. Ed. Manantial.
Rabinovich, D. “Lectura de función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”



[1] Lacan, J. Seminario de caracas, 12 de julio de 1980.
[2] Freud,S. “El problema económico del masoquismo” (1924), en Obras completas, Bs.As, Amorrortu, Tomo XIX
[3] Freud,S. “Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad” (1921/22), en Obras completas, Bs.As, Amorrortu, tomo XVIII
[4] El nuevo acto psíquico es la constitución del yo. El yo, para Lacan, no es algo que esté dado de entrada, se tiene que constituir.
[5] La sociedad psicoanalítica de Paris  (SPP) era miembro de la Asociación psicoanalítica internacional (IPA)
[6] Lacan J. “De nuestros antecedentes”, en Escritos I, Siglo XXI editores.
[7] Lacan J. “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”, en Escritos I, Siglo XXI editores.
[8] Tres registros como categorías elementales sin las cuales nada podemos distinguir de nuestra experiencia.
[9] Al hablar de la existencia de una matriz simbólica, ya se esta realizando una distinción estructural psicopatológica entre neurosis y psicosis. Si existe este ordenamiento simbólico previo, toda experiencia que se inscriba se ordenará en el campo de la neurosis.
[10] En “acerca de la causalidad psíquica”, Lacan concibe al yo como aquel que para constituirse se identifica a una imagen ideal, por la acción de la imagen la libido se transforma, sufre un despegue de su naturalidad. Esta imagen es libidinizada por el niño y se constituye en un yo ideal. Esta imagen compensa, funciona como una ortopedia.
[11] En “Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis”, Lacan denominó como momentos privilegiados a las formaciones del inconsciente (síntomas, sueños, lapsus, chistes), donde la palabra se confiesa sin querer, donde el inconsciente hace su aparición, todo lo demás, para Lacan, es palabra vacía.
[12] Con esta afirmación “El inconsciente estructurado como un lenguaje”, Lacan se distancia de la 2º tópica Freudiana, ya que para Lacan no existiría un lugar, una ubicación para el inconsciente. El inconsciente es del Otro, que aportará los significantes que constituirán al sujeto.
[13] A esta altura de su enseñanza  y hasta el seminario II inclusive, Lacan piensa a la estructura como un todo completo. La falla la ubica en lo biológico, en la prematuración del cachorro humano. Este universo simbólico sin falta, se relaciona con el Esquema L, donde esta el Otro simbólico como tesoro de los significantes, el Otro de la verdad toda. Será a partir del seminario III “Las psicosis”, que Lacan comenzará a pensar una estructura con una falta intrínseca, con una falla interna al sistema y no externa.
[14] Para mayor explicación sobre el tema: “La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud”, Pág. 474 – 479,  en Escritos I. Ed. Siglo XXI
[15] En el Seminario XX Lacan plantea que cada inconsciente de cada sujeto tiene una estructura de lalengua intraducible al de otro, este será el punto central de la teoría de lo simbólico al final de la enseñanza de Lacan. Cada sujeto posee una lalengua particular, como un diccionario propio.
[16] Para mayor explicación sobre el tema: Rabinovich.Diana, “Comentarios del seminario XXII y XXIII”, en “La angustia y el deseo del Otro”Ed. Manantial, 1993.
[17] Ídem

 AUTORA: LIC. ROMINA PAOLA GIULIANTE
TEL: 155-564-0970 

  La personalidad narcisista :  El narcisismo es una fase normal del desarrollo temprano del niño, donde éste cree que es el centro del mun...