Elegir…, en todo
momento estamos eligiendo, a veces la elección es conciente, otras no tanto, a
veces estamos implicados en esa elección, otras elegimos como si alguien, algún
otro nos ordenara que vayamos por eso, que elijamos aquello otro…
Muchas personas llegan a un consultorio
psicológico y si bien, a lo mejor, no consultan directamente por no saber o no
poder “elegir”, en algún momento
comienzan a darse cuenta que tienen grandes
dificultades en sus elecciones, ya sea quejarse de que “eligieron mal” o
paralizarse al no decidir que elegir. Aparecen
dificultades para elegir que
comer, que vestir, que estudiar, que trabajar, con quien dormir…etc.
“Elegir me esta haciendo mal, mejor no
hago más nada, me quedo como estoy y veo
que se va dando”-muchos optan por esto, “quedarse como están”, “hacer nada”, ESTO
TAMBIEN ES ELEGIR – Cada acto que
realizamos, o no realizamos, va trazando
el camino por el que elegimos andar.
Todas las elecciones que hacemos en
nuestra vida tienen un costado, una partecita o una parte enorme que quiere
“cumplir”, “gratificar” “obedecer”, “homenajear”, “honrar” a algún otro y esto
ocurre porque siempre, al momento de elegir se tiene presente a alguien mas,
directa o indirectamente se tiene en cuenta a otras personas en esa elección. No
hablamos solamente de personas físicamente presentes, basta con que esa
“persona” o lo que cada uno piensa o cree de ella, aparezca en las ideas de
cada uno para que sea alguien a tener “presente” en nuestras ideas, proyectos,
elecciones…
Mucha
gente al transitar por un psicoanálisis comienza a cuestionar sus decisiones,
la pregunta que se escucha es ¿Quién
decide? “Parece como si alguien hablara en mi cabeza y me dijera lo que
tengo que hacer todo el tiempo” “Elijo estar con X, pero algo me dice que estoy
haciendo mal, y siento culpa”. Poner en
cuestión, es el primer paso, preguntarnos ¿Quién elige cuando estamos eligiendo? Existe una duplicidad en
cada uno de nosotros, está el que
acciona y el que sanciona. Elige estar con X, sin embargo no esta feliz por
su decisión y siente culpa. La culpa requiere de
la mirada del Otro y del Juicio del Otro (Otro que esta en uno) de ese
desdoblamiento del sujeto vinculado a la conciencia moral (tribunal interior:
que lo mira y lo juzga), de esa escisión que hace que el sujeto se juzgue y se
sancione dependen nuestras elecciones.
E L E G I R, implica una responsabilidad para con nosotros
mismos, ser responsable de nuestras elecciones implica ser el agente, el
ejecutante de esa elección, así de sencillo y complejo a la vez, tanto que
muchas personas optan por postergar y no tomar esa decisión que tanto, tanto,
vienen pensando y por miedo a que si lo
hacen pase…vaya uno a saber que cosa… se cuidan, se previenen, de nada mas y
nada menos que de angustiarse, ya que al
ELEGIR SIEMPRE SE PIERDE ALGO. Toda elección implica una pérdida y como
toda perdida (cualquiera que ella sea) trae angustia por aquello que ya no va a
estar, por eso que ya no vamos a ser, por esa función que ya no vamos a
cumplir.
Venimos a este mundo con una serie de imposiciones, no
elegimos nacer, dónde vivir, ni familia, época, herencia…, además estamos
determinados por nuestro inconsciente que rige parte de nuestros deseos y
actos. El psicoanálisis justifica la eficacia del inconsciente, al considerar que la libertad de
elección es constitutiva del ser hablante, y
por ello todo lo que le sucede, incluso lo que le ocurre por accidente, lo
afecta como sujeto de una elección y su respuesta a esa causa accidental,
llámese trauma, contingencia, implica una toma de posición.
Será en
el análisis donde cada quien podrá
transformar las marcas de su destino en algo propio y comenzar a escribir su
historia. Poder atravesar la tragedia particular da lugar a una nueva posición
y así permitirse ser agente de su propio
destino.
Lic. Romina Giuliante
Psicóloga UBA – Psicoanalista
15-5564-0970