martes, 25 de septiembre de 2012

¿Somos lo que Otros hicieron de nosotros?


Cuando nacemos necesitamos de Otro, eso lo sabemos todos… necesitamos que alguien cuide de nosotros, nos dé de comer, bañe, duerma, etc. pero no alcanza solamente con eso. Un bebé no sólo se alimenta de leche, también se alimenta de símbolos. Palabras, mimos, miradas, caricias… el  lenguaje transformará el organismo natural de ese pequeño en un cuerpo, este cuerpo  ha perdido lo instintivo  al ser tocado, nombrado, libidinizado por quienes  se han ocupado de sus cuidados. ¿Cómo ocurre  esto?, observemos por un momento a una madre interactuar con su hijo, ¿Qué vemos?, ¿Qué escuchamos?: “De quien son esos jamoncitos”, “quien es el bebé más hermoso/lindo”, “Las pecas/lunares de mamá”, “La panza de papá”, “Nariz de chanchito/ de porotito” etc, etc, infinitas serán las palabras, las formas de nombrar a ese niño/a  y  a su cuerpo,  la forma en que es acariciado, besado,  determinará a ese futuro sujeto, determinará la forma en que ese sujeto disfrute y  marcará el camino por el cual  hallará  su  satisfacción.
En Tres Ensayos para una teoría sexual, Freud dirá que la madre despierta la sexualidad al erogenizar el cuerpo del niño con sus caricias, miradas, con su voz, con sus demandas y expectativas. La madre demandará al niño que duerma, que coma, que hable, que calle, que controle esfínteres, transformando así las funciones fisiológicas naturales en pulsiones.
Como ya nos enseñó Freud, no solo se trata de cubrir las necesidades básicas de supervivencia, sino que lo que nos hace diferentes de otros animales es que necesitamos que Otro nos desee, que nos dé un lugar (incluso antes de nacer), Otro que nos proporcione un “ser”, aunque este “ser” sea  seguramente erróneo, aunque sea cuestionado, detestado o disfrutado, de aquí se parte. Luego si se quiere, se  pondrá en cuestión en un análisis  estos lugares/seres que nos han sido otorgados y que hemos tomado.
Una madre (o todo aquel que cumpla esa función), puede anhelar muchas cosas para ese bebé, puede esperar de él  infinitas cosas: En cuanto a lo físico, que tenga los ojos del papá, la altura de  mamá. En cuanto al temperamento o carácter, que sea tranquilo/a como la abuela, alegre como la tía, que no sea como el abuelo, en fin… Anhelos como: “va a ser la más hermosa, inteligente” – “Va a ser de carácter fuerte, se va a hacer respetar” – “no le va a tener miedo a nada” – “será el príncipe de la casa”- “él que nunca trajo problemas” .  Estos anhelos o expectativas pueden ir acompañados o no de un deseo, es importante saber que no es lo mismo, ya que el deseo en psicoanálisis es inconsciente e innombrable. El deseo de esa madre/padre  es inconsciente, y seguramente  tendrá que ver con sus vivencias infantiles y con el lugar (también inconsciente) que a ella/él  le han dado. Es innombrable, con esto quiero  decir que al ser inconsciente no hay una palabra, un símbolo, frase algo que defina a ese deseo. En un psicoanálisis, de lo que se tratará, entre otras cosas, es  de  ponerle palabras a ese deseo, que se desplace, que se empiece a mover, que  se transforme en  acciones, actividades, profesiones, pasatiempos, ocio, esparcimientos…
Se tratará de poner en cuestión ese lugar, ese ser tomado, se invitará  al sujeto a que  se pregunte porqué, para qué  responde a ese lugar (por ejemplo “El que nunca trajo problemas”), preguntarse qué beneficios le trae, que satisfacciones (si es que las tiene).
 Se trata en definitiva de cuestionar el discurso en el que cada ser humano ha sido insertado.  ¿Para qué?, puede ser para varias cosas… para saber porqué lo hacemos o porqué NO lo hacemos, para padecer menos y disfrutar un poco más, para poder tener una posición diferente frente al Otro.
 Lacan nos dice: “No da lo mismo un sujeto que siempre estuvo sometido a otro que lo aplastó, llámese a este otro: causa, padre, religión. A que ese sujeto  empiece a jugar su propia carta, sin estar siempre esperando el permiso del Otro, su palabra o su deseo.”

Lic. Romina Giuliante – Psicóloga UBA – Psicoanalista – www.savoirfairepsi.neositios.com

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