En el silencio de la noche oscura sale de la espesura incauta la luciérnaga modesta, y su templado brillo luce en la oscuridad el gusanillo. Un sapo vil, a quien la luz enoja, tiro traidor le asesta, y de su boca inmunda la saliva mortífera le arroja. La luciérnaga dijo moribunda: ¿Qué te hice yo para que así atentaras a mi vida inocente? Y el monstruo respondió: Bicho imprudente, siempre las distinciones valen caras: no te escupiera yo, si no brillaras.
jueves, 23 de febrero de 2012
Fábula del sapo y la luciérnaga
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